20 de diciembre de 2008

la cuchipán

La cuchipán, la chilindrina, la chuchina tiene ya 25 años, casi casada, con un pisito puesto y es funcionaria, pero ella siempre seguirá siendo mi chiquitín aunque tenga 100 años y yo 107. La cuchina nació como el bebé más bonito jamás contado, con los ojos hipnotizantes, pelo negro y piel muy blanca. Jugábamos todo el tiempo, hacíamos el payaso juntas todo el día, cuchipán se ponía de puntillas a bailar al son de Falcon Crest, o imitaba a la Pantoja, le contaba mis secretos y ella a veces los suyos, nos tirábamos de los pelos y nos dábamos patadas si hacía falta, hacía dibujos picasianos y escribía coñas sacando punta a todo. Se venía a mi cama a darme las buenas noches y a reírnos otro rato, y si no me dormía, otro cigarrito en la cocina... Cuchipán conserva su gran sentido del humor, es introvertida, astuta, suceptible y tierna.
Ahora se agobia con todo porque su perfeccionismo se lo permite y gracias a él, es maestra a la primera, sabe 3 idiomas y todos los que se proponga, hormiguita y administradora de sus bienes, si acaso generosa cuando quiere, menos egoísta que cuando era todo para ella, adiestradora de loros y de todo lo que se ponga en su camino, cuchipán no sólo enseña inglés a los niños del colegio, me enseña a abrir los ojos cuando los tengo cerrados y sabe ponerse seria en el momento justo, cuchipán es una preciosa mujer de metro setenta y pico, delgada y pelo encrespado que tiene su vida casi resuelta y dice que no quiere hijos...¡Te quiero cuchipán!

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