11 de agosto de 2009

Marçia

Una de mis mejores amigas acaba de perder a su hija. Fue a África y se la trajo a España con el fin de intentar curar su enfermedad. Sin darse cuenta, cuando quería que su vida siguiera, ella ya formaba parte de la suya… Mamá fue la primera palabra que aprendió cuando se encontró con ella y la última que pronunció antes de marcharse.
Rota por el dolor escribe un mail de agradecimiento en el que dice entre otras cosas: Ahora que mi niña, mi tesoro, mi vida, mi ratón... no está ya entre nosotros quería deciros que fue ella realmente quién me lo dio todo (…) y su consuelo es un párrafo de Paulo Coelho:
"No se ama porque se quiera hacer el bien, o ayudar, o proteger a alguien. si obramos de ese modo, estamos viendo al prójimo como un simple objeto, y nos estamos viendo a nosotros como personas generosas y sabias.
Esto nada tiene que ver con el amor.
Amar es comulgar con el otro, es descubrir en él una chispa divina."
Yo, desde mi insignificancia en este duro momento sólo sé decir lo siento. Descansa en paz Marçia.

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