Todavía a estas alturas, cuando el turismo es tan amplio y variado, la gente se sigue aferrando al moreno ese que yo llamo moreno social. Te vas de vacaciones y a la vuelta si no vienes morena te preguntan:- ¿no te has ido a ningún sitio?
-Pues sí, me fui de crucero al Círculo Polar Ártico y allí es lo que tiene bonita, ¡mira qué blancos son los osos!
Esta gente que pregunta estas gilipolleces suele tener un perfil de españolit@ hortera afín al del guiri. Sus destinos más frecuentados son Benidorm y/o Gandía año tras año, madruga para poder estirar la toalla en un trocito de la playa-hervidero, se tira todo el día panza arriba y panza abajo untándose aceites sin protección solar soslayando al melanoma, come en un chiringuito una paella de esas que sólo llevan una gamba y mucho colorante, eso sí, si les da el sol mejor que mejor, para la sobremesa una siesta panza abajo a ver si se morenean un poco más, y por la noche, a lucir morenazo a la disco.
Por si fuera poco los hay que antes o después de estas maravillosas vacaciones, no soportan verse blanc@s y deciden tomar rayos uva en sarcófagos o cabinas pagando por ello y sacándose bonos, pero todo vale por un moreno reconocidamente social.
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