26 de julio de 2009

Momento ascensor

Te subes, das al botón y pa’arriba o pa’ abajo, según sea. Se para en medio de algún piso y se monta un vecin@ de esos que no conoces de nada.
-¡Buenas! Y el viaje se hace una eternidad. Despliegue de estrategias para que el silencio no colapse el ambiente: esa tos falsa (ejem, ejem), sacas el llavero, meneas las llaves, mirada al suelo, mirada al techo, uña contra uña, el pie al ritmo de mi cabeza que piensa: no siempre hay algo de que hablar y menos si hace sol…
-¡hasta luego! Fin del viaje. Creo que voy a empezar a utilizar las escaleras para evitar que el primero tenga sabor a octavo.