28 de julio de 2009

¡TOOONTA, TOOONTA!

Hoy me he levantado muy temprano. Los vecinos están haciendo obra y los golpes me han despertado más pronto de lo habitual. Mientras desayunaba he encendido la tele, cosa que no hago nunca, y al zapear me ha dado por ver uno de esos programas (call tv) en los que tienes que llamar, acertar la respuesta y ganar un dineral. Lo sé, lo sé, que tiene 1001 trucos, que es una estafa legal, pero aún así no lo he podido evitar.
Después de 7 minutos, la gente que llamaba no daba la respuesta que yo tenía en mi cabeza. He llamado 4 veces porque pensaba que era la única que tenía la solución correcta. Lo sé, lo sé, pero es que la gente repetía una y otra vez el mismo número que no era en todas las llamadas. Al descolgar te dan ánimos para que insistas otra vez y en plató te animan a llamar continuamente. Hay momentos de taquicardia: la imagen de un teléfono va y viene casi fusionándose con la del dinero que va cayendo por una cinta trasportadora conforme pasa el tiempo, unas ovaciones de fondo y unos aplausos, la presentadora da un ultimátum, dobla la cantidad, hace lo que le pete… aún siendo consciente de toda la parafernalia, he caído en la trampa como la más grande de todas las incautas. Vale, lo sé, lo sé, me han timado no una sino 4 veces.
La siguiente llamada que he hecho ha sido a Churrito para contarle que la factura del fijo este mes iba a variar un poco. Se ha echado a reír diciendo ¿Pero si ya lo sabías? ...
Lo sé. Lo sé. Lo sé. Lo sé. Lo sé (...)