15 de junio de 2008

la noche no me confunde, simplemente no me deja dormir

Hacía mucho tiempo que no salíamos de juerga por la noche. Pensé que después del teatro estaría cansada como para meterme una de bares, pero no fue así. Nos fuimos al BBB, que hacía más de un año que no lo pisaba. A día de hoy es el típico bar donde acude gente con cero habilidades sociales, donde la mayoría tiene el codo en forma de barra, y donde el tabique de la nariz lo podían cambiar por otro (algunos también el cerebro entero). El BBB ya no es lo que era. La gente que iba hace años, iba a escuchar buena música en directo, a echarse unas risas, a jugar un billar, un futbolín... había gente rara pero interesante: borrachines graciosos que tenían un tema existencial del que hablar, divorciados cuarentones-cincuentones con una historia desestructurada a sus espaldas, sesentones bailongos haciendo el pinopuente en la pista a ritmo de rock & roll... ¡anda que menudos bailoteos me he dado yo allí!... Me acuerdo que nos decían a mi y a Pat que éramos 2 estrellas caídas del cielo en un lugar como ese (qué cursi pero qué bonito sonaba entonces). Y en esa época de esplendor conocí a Churrito, de esto va a hacer ya 7 siete años. Él siempre cuenta que cuando me vió entrar le dijo al camarero: -"Esa morena es pa mí"-. Por aquel entonces Churrito trabajaba los fines de semana haciendo que el concierto sonara bien y haciéndose un hueco en la televisión. Yo no me fijé en él hasta pasadas unas semanas, y desde ese día... hasta hoy. Por eso tengo tanto cariño a este bar.

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