21 de marzo de 2009

De Manuela Malasaña a Carolina Coronado

El otro día recorriendo Madrid a pie, pasé por una calle cargada de recuerdos de adolescencia. Hacía más de 12 años que la dejé sola en el callejero, pero al pasear por ella reviví todos aquellos años. Muy trasformada, buscaba mi garito de fines de semana, aquel antro de los 16 años llamado KID’S MODE donde las únicas blancas que íbamos éramos yo y una que por aquel entonces era amiga mía. Un antrucho de 2 plantas donde sólo se oía reggae y estaba lleno de rastafaris. Con puertas verdes pintadas a mano y restos de carcoma ahora lucía con un decapado en crudo y un nombre muy sofisticado.
Churrito al verlo decía que él paraba mucho en el que estaba enfrente.
Pensé en la casualidad, ¿y si en algún momento Churrito entraba en su bar a la vez que yo salía del mío o viceversa?, absolutamente desconocidos, absolutamente extraños, igual nuestras vidas se imantaron en un cruce de acera y desde ese día se han estado buscando hasta hallarse en otro bar 10 años más tarde…

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