Las lentejas del tiempo

El otro día era el cumpleaños del primo de Churrito y nos fuimos a cenar. En la mesa del restaurante se hizo de forma espontánea la división de géneros: mitad hombres, mitad mujeres. Hablamos de muchos temas pero el momento marujil pasó factura dejando una impronta profunda en todas nosotras. De la treintena para arriba, alguien se puso hablar de cómo cocinaba lentejas, la Fulanita contaba que a ella le salían estupendas porque le echaba un chorrito de tomate frito, la Petanita las hacía en la olla rápida, la Menganita en una cacerola… de repente se hizo un silencio y a continuación alguien dijo:
– Anda que si me preguntas hace 5 años que cómo hago las lentejas te mando a tomar por culo- y nos echamos a reír de forma estrepitosa…
Las lentejas me recordaron que el tiempo pasa y una se va haciendo mayor, pero mayor como adjetivo que pesa sobre nuestras cabezas al margen de toda frivolidad.