Grito y chillo. El corazón mete el turbo junto a la lengua, escupo estupideces. Un portazo y sensación de vacío, un amargor me recorre el cuerpo atado a mi garganta. El orgullo mental va creciendo con el silencio y la única manera de frenarlo es que alguien diga algo como:
-lo siento (…)
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